miércoles, 30 de mayo de 2007
martes, 29 de mayo de 2007
Hormiguitas
Recordé algo cuando vi a dos filas indias de hormigas encontrándose frente a frente, deteniéndose a tocarse con sus cabecitas y antenas diminutas -que por mi miopía son imposibles de detallar-, se saludan, se regañan, se engañan, se invitan a la cueva más oscura para hormigonearse, ¿quién sabe?. Pero nosotros acá arriba con nuestros oidos de 16 hz pa'lante sólo nos limitamos a ver cómo cada una choca con la otra sin excepción.
Recordé o mejor dicho, vislumbré entonces que algo parecido sucede entre las mujeres: en cualquier calle de mi ciudad hay hileras casi infinitas de mujeres pasando de un lado a otro, unas solitarias, otras acompañadas; vestidas de lo más Zara otras de lo más CCG (Centro Comercial Los Goajiros); despeinadas como yo o recién estiradas; con ilusión o sin ellas, con botox o con toda una granja en la cara; de todos los colores y tamaños pero en una cosa coinciden siempre: justo como les sucede a las hormigas, se les detiene el tiempo sólo para mirarse de arriba hacia abajo sin escrúpulos (porque hasta su disimulo es igual de inescrupuloso) durante unos segundos suficientes para detallar la figura de la otra, dónde y en cuánto compró la ropa, si le queda bien, si el maquillaje se le está chorreando como el aceite de las empanadas de El Palito, si está soltera, casada o arrejuntada... etcétera... por último: si vale la pena voltear como en comercial de champú luego de unos 15 segundos para detallarla por detrás.
¿Los que bucean a las mujeres son sólo hombres y lesbianas? Propongo seamos sinceras. Pero así como las hormigas, nos comunicamos distinto, durante segundos y en un código que ni el más perspicaz de los hombres puede decifrar.
Recordé o mejor dicho, vislumbré entonces que algo parecido sucede entre las mujeres: en cualquier calle de mi ciudad hay hileras casi infinitas de mujeres pasando de un lado a otro, unas solitarias, otras acompañadas; vestidas de lo más Zara otras de lo más CCG (Centro Comercial Los Goajiros); despeinadas como yo o recién estiradas; con ilusión o sin ellas, con botox o con toda una granja en la cara; de todos los colores y tamaños pero en una cosa coinciden siempre: justo como les sucede a las hormigas, se les detiene el tiempo sólo para mirarse de arriba hacia abajo sin escrúpulos (porque hasta su disimulo es igual de inescrupuloso) durante unos segundos suficientes para detallar la figura de la otra, dónde y en cuánto compró la ropa, si le queda bien, si el maquillaje se le está chorreando como el aceite de las empanadas de El Palito, si está soltera, casada o arrejuntada... etcétera... por último: si vale la pena voltear como en comercial de champú luego de unos 15 segundos para detallarla por detrás.
¿Los que bucean a las mujeres son sólo hombres y lesbianas? Propongo seamos sinceras. Pero así como las hormigas, nos comunicamos distinto, durante segundos y en un código que ni el más perspicaz de los hombres puede decifrar.
Otro de Simonny
Podría empezar
por lo más conocido
hacer círculos con velas
bañarme mucho
en el río
rezar amarrando algo
con pabilo
en forma de cruz
en cambio
así
me siento
cierro lo ojos
y sonrío
mientras tú te vas
por lo más conocido
hacer círculos con velas
bañarme mucho
en el río
rezar amarrando algo
con pabilo
en forma de cruz
en cambio
así
me siento
cierro lo ojos
y sonrío
mientras tú te vas
Un poema de Simonny Azul Urdaneta
Mi saliva ahora
corroe tus ojos
se traga tu pupila
ya conozco tu miseria
el lanzallamas
con el que no me apuntaste
lo lamo entre los cactus de tu pubis
descubro tus amantes
tus pensamientos terminan
en la última gota de semen
donde empiezan los míos.
corroe tus ojos
se traga tu pupila
ya conozco tu miseria
el lanzallamas
con el que no me apuntaste
lo lamo entre los cactus de tu pubis
descubro tus amantes
tus pensamientos terminan
en la última gota de semen
donde empiezan los míos.
jueves, 24 de mayo de 2007
La heb se ha actualizado
¡Buenaj, buenaj! -diríamos si estuvieramos en la casa de la comay o de los awex.. no en internet, pero ¡qué viva la venezolanidad!- Resulta que he enseriado mi relación con la Internet, basta de tantos vaivenes, tirayjala y abandono.. mucho abandono. Sucede que me canso de ser hombre -digo.. mujer- y de las peluquerías y peluqueras que no entienden un sarcasmo, por ello he comenzado a escribir vanidades por la internet porque creo -si, lo creo- que al menos alguien las leerá al menos una o dos veces y comentará algo.. al menos con sus personajes interiores. "Que hablen mal.. pero que hablen".
Un poquito de tecla, un poquito de ocio.. No pretendo ser Osío Cabrices, Chataing o Platón (vaya.. por fin logré colocarlos en la misma oración), sólo quiero revelar un poquito de mi nattanomía.. digo, anatomía..
Un poquito de tecla, un poquito de ocio.. No pretendo ser Osío Cabrices, Chataing o Platón (vaya.. por fin logré colocarlos en la misma oración), sólo quiero revelar un poquito de mi nattanomía.. digo, anatomía..
Suscribirse a:
Entradas (Atom)