La Luna
La luna tiene fanáticos
Y eso que ni canta ni dirige un partido político.
No hay noche en que al menos dos
se junten a mirarla, como queriendo atraparla con las manos.
La luna sale en revistas.
La prensa amarilla dice que tiene muchos amantes,
y ella, hastiada, a veces se esconde
sumergiéndose dentro de su propio mar de polvo
La luna sale en las cartas
y asusta
La luna sale de noche
e impregna de misterio a la madrugada.
A la luna la quieren abrir
Para saber qué es lo que tan sagradamente
esconde.
A la luna la quieren morder
cual galleta estelar,
a la luna la quieren poblar
construirle mansiones y un portentoso bar.
A la luna la quieren juzgar:
la culpan del caos,
del mal humor,
de la gordura y la mala suerte.
A la luna la quieren jalar y convertir en lecho.
A la luna no la dejan de ver
Y ella, roja de la furia,
no logra esconderse
A la luna, los poetas insisten en desnudar
y ella, cada noche,
huye de la oscuridad
y se desviste
divina
sin rencor
ante los hombres.
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